viernes, 24 de febrero de 2012

Con las pupilas dilatadas y los labios rojos


Cuando te miro a través del iris, veo algo más que sólo tu alma. Veo el vacío, resultado de tu pútrido ser, el cual me identifica y me hace desearte más. Puedo saber qué miras en mí, puedo saber que quieres obtener, tus ojos te delatan, te hacen traslucida ante esa ilusión por conseguirme. Y el abismo dentro de ti, contrasta lo que piensas, descara tus banas intenciones.

Me haces sonreír. No dejas de mirar mis labios, no dejas de tocar los tuyos. Escucho claramente como aumenta tu respiración mientras aprecio cómo tus caderas se manejan inconscientes, con el vaivén de mis palabras. Jugueteas con el rojo de tu pelo, me obligas a querer retener tu aroma y a recelar al viento; quien, posiblemente embriagado en tu perfume, se aleja egoísta. Y como acepto ante tus ojos que también te deseo, sé que imaginas lo que vendrá…  lo disfrutas desde ahora.

En serio me haces sonreír. Me haces sonreír porque me reflejo en tus pupilas. No quiero nada de ti, sólo necesito a esa vestimenta de piel que traes contigo. Sí esa, esa que es tan efímera, y que perderás mañana al despertar con los rayos del Sol. Esa misma piel, que estúpidamente cubres con maquillaje, que ocultas entre la tenue luz del lugar, y que necesita del alcohol en mi sangre para lograr su cometido. Sí, esa misma.

Vuelvo a sonreír y me tomo un instante para robarte el aliento, después me levanto y camino hacia ti extendiéndote mi mano. Mientras tanto la emoción te invade, muerdes tus labios cada vez más fuerte, agitas de nuevo tu cabello y descubres más el escote. Puedo sentir como recorres mi cuerpo con tus ojos, me desnudas de manera lujuriosa en tu mente… sabes que haré realidad tus fantasías.

Foto de labios rojos de mujer, con uñas y cabello rojo brillante
"Labios rojos"

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Este relato es el que más me agrada dentro de los eróticos (no digo que sea el mejor que he hecho), y es porque tiene un rico trasfondo. Fue el parte aguas en la forma en que relato, el primer escrito con tintes libidos que publiqué para conservarlo en el blog, la combinación de lo obscuro y sexual. En general me agrada mucho.

sábado, 11 de febrero de 2012

Epitafio


¡Oh mi gran amiga! Ahora nos hemos reunido.

Después de tanto seducirme, al fin he caído ante ti.

Imploro me cobijes en tu frío y me poses entre tus sombras,

que no quiero perecer en el olvido.


Deseo por siempre divagar a tu lado.


domingo, 5 de febrero de 2012

Justo antes de llegar al cielo


Necesito más de tu droga. Necesito que me des aquello que anhelo.

Orgulloso, frenético y adicto a esa sustancia tan preciada que osas negarme, lastima que solo pueda obtenerla justo antes de tocarte.

Ohh vida mía, no eres nada comparada a lo que ella me ofrece. Eres pálida ante su luz. Eres simple ante su complejidad, pues ella es quien le da el sentido a tu existir.

Sólo el jugar en sus lienzos me a completa. Sólo el deseo de alcanzarle, me hace un dependiente empedernido de ella.

¡Vamos! quiero que dancemos juntos…


domingo, 25 de diciembre de 2011

El amanecer del ocaso (Cuarta parte)

Mirar la tercera parte de la Odisea Astral. Da click aquí: Luna Obscura

La Luna no sabía como cambiar la decisión de su amado. Suplicaba a él para que detuviera su ataque, pero sus plegarias no fueron escuchadas. El Sol muy empedernido se cegó totalmente, parecía que nada podía aminorar su furia. Lo que más aquejaba a Luna era que no sabía por qué su Sol actuaba de esa forma. Trataba de encontrar esa razón sin obtener resultados y como no pudo hallar respuestas, hizo algo que cambio todo… extrañamente emano luz propia. El cielo se platino de un brillo que solo un astro puede provocar, tan hermoso fue que incluso el Sol se detuvo asombrado por la luz de su Luna. Una vez que la calma volvió por unos instantes dentro del caos, el astro platinado dirigió sus versos hacia su Nova.

-Hace tiempo nuestras vidas se cruzaron, y desde entonces comenzaste a ser más que una simple parte de mí. Gracias por hacerme brillar. Gracias por alumbrarme cada amanecer y regalarme miles de sonrisas.

-Gracias a ti por haber existido. Gracias por haber estado ahí para mí cuando te he necesitado, pero ahora tengo que continuar. Nunca te pedí que me siguieras, porque no me detendré.

-Estoy aquí frente a ti y no espero que te detengas, te pido que regreses a mí.

-Sabes que ya he renunciado a tantas cosas, que no me será posible volver.

-Una vez más te doy las gracias por haberme dejado estar a tu lado todo este tiempo. Ahora me doy cuenta de que no queda nada más que demostrarte… cuanto Te amo.

Sin pensarlo Luna se abalanzó contra el abismo de obscuridad, esperanzada en que este la absorbiera pues no deseaba vivir en un universo sin su Sol. Entonces todo comenzó a salirse de control y acabo por explotar. Un hermoso y destructivo color violeta se hizo presente, la intensidad de su luz fue tan grande que después de ella solo hubo penumbras y silencio.


Terremotos azotaron sin piedad a la tierra, como si toda la furia de un Dios se descargara en su contra haciendo que todo sistema existente cayera. Inmediatamente después de que todo quedo en ruinas, cayó una obscuridad total. Nadie tenía idea de que pasaría ahora que ninguno de sus dos astros estaba ahí para ellos. El mundo quedo inmerso por el caos, todos discutían su derecho a vivir a cualquier costa y estaban tan ocupados en sí mismos, que no se dieron cuenta que ellos habían sido la causa de ensuciar el alma del Sol. Las linternas y las bengalas se convirtieron en los objetos más preciados, pues ellas eran una de las únicas fuentes de luz existentes.

El poeta de la Luna; al presenciar el colapso existente, emprendió la búsqueda de su musa. Él había sido aquel que le recordó una vez a su dama de la noche, la razón por la cual había emanado luz desde siempre y fue también el único que noto a lo efímero sin sentido. Huyo a lo lejos como pudo, donde solo podría encontrarse ante su Diosa, paro justo donde la noche polar solía danzar con el aura boreal. Una vez que detuvo su paso tan acelerado, encendió una bengala roja entre el abismo y entonces se presento ante él el tiempo. Este le agradeció por intentar conservar aun la existencia de los Dioses astrales, él se sentía culpable por no haber cumplido su palabra ante el Sol. Fue entonces cuando el poeta supo que debía atreverse a expresar palabras algunas al obscuro cielo. “¿En dónde es que se esconde aquella Luna a quien han llamado Ilazki, Selene, Quilla, Isis y Lucy? Eres tú quien puede devolvernos a nuestro amado astro rey Xué. Eres tú de quien más necesita él para poder resplandecer. Eres tú la única capaz de devolverle la vida y yo confío en ti. Humildemente mi musa, te pido que devuelvan su alma hacia sus súbditos.”

Al parecer las plegarias del joven poeta no habían sido escuchadas, a pesar de todos sus esfuerzos entendió que estaba destinado a perecer con sus Dioses así que solo se dejo caer ante la nieve esperanzado por morir en el frío, mientras miraba como el tiempo se esfumaba entre la ventisca acepto su triste realidad. Entonces de la nada, todo se comenzó a convertir en una noche blanca. Extrañamente para él, el cielo se entintaba de luz blanca y tonos violetas haciendo que toda la nieve a su alrededor se tornara en un fino color platinado. “¿A caso serán realidad mis plegarias?” se preguntó. Inmediatamente se levantó y corrió hasta la colina más cercana para presenciar lo que sucedía. Guío su vista hacia el suelo y admiro como la nieve ahora se cubría por un tono rojizo lentamente, después levanto la mirada hacia el horizonte y lo que se postro a sus ojos, se hizo lo más bello que vería en su vida. No solo se trataba de la felicidad que sintió por poder vivir de nuevo con sus deidades, en realidad siempre se trató de aquel sueño de su Sol que reclamaba ser real, aquello que fomentaba en él la esperanza de emanar junto a su Luna una sola luz. Nunca antes alguien había presenciado lo que el joven poeta pudo admirar antes que todos los mortales… los astros habían fusionado sus almas.

El poeta solo sonrió sutilmente y dejó caer una lágrima por su mejilla, demostrando que se había quedado sin palabras, pues al fin los astros habían logrado ser uno mismo...


sábado, 10 de diciembre de 2011

Mi musa de luz


Mi hermosa dama arcoíris

Coquetéame con tus negros caireles, y querré saber más de ti.
Descarga tus grises nubes sobre mí, y enséñame a caer.
Mírame con tus ojos verdes, y devuélveme la vida.
Compárteme tus blancos pensamientos, e ilumina mi camino.
Refúgiame en tu aura azul, y dame confianza.
Deja fluir el rojo de tu sangre, y sumérgeme en amor.
Llena mi noche de plateadas estrellas, y creeré de nuevo en los deseos.

Ohhhh mi musa de colores
Solo envuélveme entre tus sueños violeta, que deseo vivir eternamente nuestra fantasía.

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