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miércoles, 25 de abril de 2018

Obsequio latente

No conozco tu rostro pero conozco tu corazón. Es el mismo que late dentro de mí, el mismo que ahora me permite vivir. Que a pesar de nunca haberte mirado a los ojos de forma probable te entiendo mejor que nadie, y sé muy bien, lo dadivoso que tú palpitar puede ser. Con cada latir recuerdo disfrutar los instantes, recuerdo oler las rosas, recuerdo amar, recuerdo sonreír más seguido.

¿Qué con la vida tan efímera y la existencia material eterna? Ahora entiendo, nuestra huella de carbono puede ser algo más si se acompaña de trascendencia. Si somos un espectador o un actor, yo desde aquel día he sido lo segundo, y no hago más que ser la mejor versión de mí en cada momento. Me cambiaste la vida al tocarme, me cambiaste tras darme una segunda oportunidad de vivir.

Gracias por compartir conmigo algo más allá de tu corazón.

domingo, 17 de septiembre de 2017

En el exilio

Nadie me conocía, nadie sabía lo que yo había hecho. Me encontraba en un oasis en medio de la nada, en una playa distante a mi hogar, allá, fuera de mi pasado y presente. Aparté los ojos de mi copa vacía y divisé el mar. Dos féminas se bañaban sin ropa, lucían alegres, eso me hizo cuestionarme "¿de qué escaparán?". Todos allí lo estabamos haciendo, todos habíamos huido a refugiarnos en ese exilio, ¿ellas, de qué lo harían?.

Decidí dejar de divagar. Suspiré para volver en mí, pero como el aire apestaba a hierba no pude hacerlo. Volví a tratar de enfocarme aunque ahora era la música extraña, sin importarles el apasible ronroneo del mar, subían el volumen irrumpiendo el ambiente. También, el constante intento por venderme pulseras me fastidiaba; mi asiento era rígido; la arena irritaba mi piel; y el sol, ahora se sentía como un infierno calcinante: azotando con su furia incluso a través del techo de palma. Cada vez iba agregando más cosas negativas, parecía que cualquier estímulo me molestaba, entonces, caí en cuenta, me pregunté, "¿y si quizás no es el lugar?, tal vez, ser yo mismo es lo que me incomoda".

La idea me mantuvo estático unos minutos. Pasé saliva, enjugué mi frente con una servilleta y me acerqué a la barra para pedir un trago más. Mientras esperaba una de las mujeres que había visto nadando me abordó por la espalda, ¿qué te trae por aquí?, preguntó con voz dulce y un acento francés. Dudé un momento en responderle o en simplemente ignorarla. Volví a suspirar, la miré a los ojos sin reparar en su piel desnuda y le dije altivamente "lo mismo que a ti". En seguida sentí su desprecio y disgusto mas preferí ignorarla, antes de irse dijo algo en su idioma con un tono hostil. Yo, sólo bebí mi licor de un golpe, y salí caminando hacia la orilla del mar en busca de otro lugar... 

Empatizar con alguien aún me seguía aterrando.

viernes, 23 de septiembre de 2016

Nunca dejas de danzar

Y yo lo hice igual, dancé con mi pluma por encima del papel. 
Cada paso lo convertí en una letra, 
plasmé sus huellas como se habrían marcado sobre la arena del mar.

Mi coreografía inspirada en la obra de un hombre y su retrato, 
nacida en sus dedos que danzaban a través del piano.

Sí. Es por Wilde que entendí nunca dejas de danzar, 
sólo lo haces con distinta parte del corazón.


jueves, 10 de diciembre de 2015

No soy escritor

Entre libros no vivo, entre letras deambulo.
Compiló caracteres sin sentido, 
los brindó en esas frases repletas de acepción.

No trazo las mentiras, genero fantasías. 
Si de verdades usualmente hablo quien me lee ya no las cree. 
Carezco de creatividad, con una realidad tan retorcida 
lo cierto en mí no aplica más que en la ficción de ti.

Fui falsedad. 
Derrotero carente de un destino claro. 
Profeta apócrifo que se atribuía la guía
hacia la redención interna.

Nunca eduqué, sólo mostré. 
De mí se aprendió poco o al menos lo que no hay que ser. 
Eso fui, ahora no más.

Cuando mis letras hablan los demás callan. 
Con poco ego o sin mucha estima, 
me lee quien se aburre de su vida.

Si se embisten con mi obra, lo sienten agresión 
cuando no estuvo designada en ellos. 
No lo busco para quien lo siente lo narro para mí.   

viernes, 30 de enero de 2015

Viejo, nuevo, prestado y azul

Siempre me pierdo mientras imagino cómo sería vestir mi propio dedo corazón. Aunque por la vida que llevo, nadie me toma en serio.

¡Pero qué va! en fin sólo es un viejo sueño ¿no?

Ahora lo que importa es que soy buena fingiendo ser. Anda, dime si cuando me miras no sientes la sangre forjando tu firmeza. Soy todo lo que no harías a tu prometida. Yo soy tu nueva fantasía.

Y justo es tiempo de tus rodillas al suelo poner, muestra respeto a la identidad que tomé prestada. Fija tus ojos en mí, repara en detalles, pues me observas en ese vestido blanco que ella usara en la boda, el cual por cierto aún no debías conocer.

Toca mi cuerpo con tus manos, se agresivo, ve directo pero házmelo arropada. Gírame, ponme en cuatro, expón mis glúteos al aire y cuando comiences a romper mis paredes con tu ariete, arrebata la liga azul que cubre mi pierna. No la querrás sentir más, que al terminar con lo que haremos... la fidelidad ya no te hará sentido.

Liga sexy y azul de vestido de novia para boda
"Liga azul de novia"

domingo, 14 de julio de 2013

Amante de ti

Corro a tu encuentro en nuestro lugar especial, aquel escondido entre los vinos de jerez. Al llegar, te
 hallo oculta ante la tenue luz de la habitación. Luces tan bien, tan pasiva, tan sensual, aguardando allí
 en silencio por mí.

Sin decir nada, me acerco a ti y acaricio suavemente tu esbelto cuello. Después, a través de un ligero
 sonar me invitas a deleitar lentamente el momento, y yo sin objeciones sucumbo a tus encantos, pues
 adoro todo en ti.

Adoro el color de tu piel, tan cristalina y caoba, aun mejor que el de la miel. Adoro tu suave aroma, ese
 perfume tuyo cual ahora es mi idioma. Adoro tu dulce sabor, el mismo libar delicado retenido en mis
 labios con fervor.

Y con sutiles palabras que recaen en fanatismo, defino a cada virtud de tu existir como una 
provocación abocada a mi sentir, que, inexplicablemente, eso de ti inherente a la pasión me enamora
y me incita... a serle infiel.


sábado, 6 de octubre de 2012

Prisión de notas

Esa pieza no dejaba de sonar en mi cabeza a pesar de nunca antes haberla escuchado. Parecía tener vida propia, retumbaba una y otra vez con mayor intensidad. De pronto, la respiración comenzó a faltarme, conforme corría el tiempo se hacía más difícil retener el aíre en mis pulmones. Mi vista se nublaba, mis sienes y mi corazón palpitaban agresivamente. Fue inevitable lo que sucedió, apenas pude dar unos cuantos pasos más y me desvanecí frente a un pórtico.

Desperté y ella estaba ahí, justo delante de mí la más prestigiosa pianista. Me sonrió con ternura y pronunció en mi oído “te estaba esperando”. Una sensación paralizante se apoderó de mí, no supe qué pensar. En seguida ella me levantó para después colocarme frente a su piano y me dijo “toca, yo te diré las notas”.

Por extraño que fuera, comencé a seguir sus instrucciones. Plasmé cada nota que sus labios reclamaron hasta convertirlas en la más hermosa de las sonatas. Quede maravillado, era la misma melodía que retuve en mi mente, entonces supe que tendría que ser mía. Sin mayor preámbulo ella ofreció obsequiármela pero antes, necesitaba estar segura de mi compromiso con la pieza. Hicimos un pacto. . .

Dibujo de nota musical con colores de fondo

sábado, 15 de septiembre de 2012

Ya nadie me lee...

Todos han dejado de leer mis palabras, ya nadie se toma el tiempo para pensar en por qué aún escribo. Ni se preocupan por criticar lo que corre en sus mentes mientras están frente a mis textos. Ya no los leen.

Con prisa inconscientes egoístas, deambulan sin prestar atención, no dejan más momentos dedicados para saber qué son mis letras. Les es irrelevante saber que me motiva a escribir. Sí... esa es mi realidad, a mis textos ya nadie los lee.

Ya no los leen, ahora, sólo los sienten. Sonríen y lloran, intentan amar tan intensamente como los protagonistas, dejan a un lado que es una lectura. Se toman la libertad de ser parte la historia, besan con la misma energía, perciben los aromas, degustan el dulce sabor de los labios azucarados.

No se preocupan por lo que en su mente pasa, no les preocupa, mejor guardan silencio, entonces escuchan a su corazón. Los acelerados latidos, el calor de la piel, los suspiros robados, únicamente eso cautiva su atención.

Hermosa naturaleza de mi lector, ser el protagonista en cada una de las historias, entender que realmente son ellos de quien hablo que lo que cuento es parte de su vida. Yo simplemente se los hago recordar.

Y, aunque no te interese saberlo, esa es la razón por la que escribo. Siempre escribo para ti…




jueves, 2 de agosto de 2012

Benevolencia no de humanos

Justo antes de caer sin retorno, sucedió algo que le devolvió esa ilusión que había dejado morir.



-No tengas miedo, que estoy contigo.- fue lo que él dijo a través de su reverencia.



-¿Cómo puedo confiar en ti?- ella respondió temerosamente mientras miraba hacia el cielo.



-Soló hazlo... - y después de sus palabras, únicamente el silencio se hizo presente.





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